En realidad esta enfermedad es mucho más sencilla que su complicado nombre; y es que consiste en una inflamación de la parte baja de la rodilla, específicamente sobre la Tuberosidad de la tibia.
Corresponde al dolor de rodilla más frecuente en el niño, especialmente entre los 10 y los 15 años; asociado a la actividad física. Se da sobre todo en aquellos jóvenes activos o que practican deportes de alto impacto que requieren actividades como patear, realizar muchos saltos, arrodillarse o agacharse.
Algunos de los síntomas más comunes son el dolor e inflamación justo debajo de la rodilla; acompañado de sensibilidad al tacto y la presión. También presentan dificultad para dar el paso y claudicación en la marcha.
El tratamiento va enfocado al alivio del dolor, mientras se intenta mantener como sea posible, las actividades físicas del niño. Esto se puede conseguir normalmente a través de una combinación de tratamientos de Fisioterapia y ejercicios de estiramiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario