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viernes, 19 de agosto de 2016

Tengo una lesión, ¿debo utilizar un agente frío o caliente?

Esta pregunta es muy común en la consulta diaria de un fisioterapeuta, ya que hay miles de opciones en el mercado para realizar compresas ya sean frías o calientes; así como diferentes recomendaciones al respecto.
Primeramente, el efecto fisiológico principal logrado al utilizar un agente térmico caliente es la vasodilatación, es decir, la apertura de los vasos sanguíneos para permitir un mayor aporte de sangre a la zona lesionada. A su vez, éste incremento en el flujo sanguíneo conlleva a un aumento de la temperatura local, acompañado de la llegada progresiva de varios neurotransmisores como son las endorfinas y opiáceos que permiten la disminución de la percepción del dolor; y favorece la producción de colágeno, que actúa como regenerador tisular.
Al  utilizar este agente termoterápico, se logra un aumento en la conducción nerviosa y por consiguiente una disminución del dolor, esto ocurre ya que el estímulo térmico viaja a mayor velocidad a nivel medular por medio de las fibras Alfa y Beta, a diferencia de las fibras C que conducen el dolor, las cuáles transportan ese estímulo mucho mas lento.
Por otro lado, la utilización de hielo o agentes crioterápicos también presenta múltiples beneficios. El principal es la vasoconstricción o disminución del calibre vascular, el cual evita la llegada de mayor exudado a lesión que aumente la inflamación, y se disminuye la temperatura local. A nivel medular, actúa bloqueando la conducción nerviosa, lo que propicia que llegué el estímulo doloroso de forma tardía al Sistema Nervioso Central.
Cuando se da una lesión, es necesaria la aplicación de un agente que propicie el retorno al estado basal del área afectada, por lo que se recomienda que si la lesión se encuentra en una etapa aguda (de 1 a 5 días de evolución); se utilice crioterapia o hielo, para disminuir la inflamación y el dolor.
Después de una semana de evolución, la lesión se convierte en crónica, de forma que el objetivo cambia a la reparación del tejido dañado. Por lo tanto, es recomendable un agente térmico caliente, para mejorar el flujo sanguíneo y con ello favorecer la llegada de sustancias regeneradoras a la zona afectada.
Existen excepciones dependiendo del caso y las patologías de fondo que posee cada individuo; por lo que lo ideal es visitar a un profesional en Fisioterapia que realice la evaluación respectiva, y decida cuál es la mejor opción, en búsqueda de la recuperación de la función y la reinserción del paciente dentro de sus actividades de la vida diaria de manera habitual.

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